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jueves, 13 de junio de 2013

A luchar contra las enfermedades relacionadas con la pobreza

La Unión Europea y la Fundación Bill y Melinda Gates han asumido hoy el compromiso de luchar conjuntamente contra el VIH/SIDA, la tuberculosis, el paludismo y otras enfermedades asociadas a la pobreza que afectan a más de mil millones de personas en todo el mundo

El acuerdo firmado hoy en París por el copresidente de la Fundación, Bill Gates, y por la Comisaria europea responsable de investigación, innovación y ciencia, Máire Geoghegan-Quinn, crea una nueva asociación estratégica de investigación en este ámbito.
Entre 2007 y 2011, las dos partes han contribuido con cerca de 2 400 millones de euros (3 100 millones de dólares) a la investigación y el desarrollo centrados en las enfermedades infecciosas relacionadas con la pobreza, apoyando el desarrollo de más de 20 productos nuevos y mejorados.
La asociación invertirá en la investigación y el desarrollo de intervenciones de importancia vital para la mejora de la salud y del bienestar de las poblaciones que viven en los países en desarrollo.
Además de acelerar el desarrollo de medicamentos, vacunas y medios de diagnóstico de gran necesidad, ambas organizaciones procurarán también encontrar vías sostenibles y a precios asequibles para asegurar el rápido encaminamiento de estos productos a quienes más los necesitan.
La Comisaria Geoghegan-Quinn ha declarado: «Con esta nueva asociación, pretendemos colaborar para desarrollar al menos un nuevo producto sanitario más eficaz cada año, lo que representará un gran paso adelante para los millones de personas que sufren enfermedades relacionadas con la pobreza.»
El Sr. Gates ha añadido: «Con recursos suficientes y el compromiso político podremos mejorar juntos las condiciones de vida de millones de personas antes de que finalice la década actual.

La Fundación está plenamente resuelta a apoyar los esfuerzos para desarrollar productos que salven vidas y a ayudar a solucionar algunos de los mayores problemas mundiales.

El éxito de nuestra misión pasa inevitablemente por la asociación con la Comisión y otras entidades financiadoras.»
La Fundación y la CE tienen previsto organizar un premio común a la innovación en la Convención de la Innovación de 2014 a fin de dar reconocimiento y recompensa a las innovaciones que permiten hacer frente a los desafíos sanitarios actuales a escala planetaria.
La Comisión y la Fundación financiarán asimismo conjuntamente el desarrollo clínico de nuevos medios de tratamiento y prevención del VIH, la tuberculosis, el paludismo, y de otras enfermedades infecciosas desatendidas, como las enfermedades diarreicas, la úlcera de Buruli, el tracoma, la filiariasis linfática y la enfermedad del sueño.
Gran parte de esta labor será llevada a cabo a través de la iniciativa emblemática de la Unión Europea «Cooperación de Europa y los países en desarrollo sobre ensayos clínicos (EDCTP)» en la que participan actualmente 16 países europeos y 30 países del África subsahariana.
Contexto
La EDCTP entrará próximamente en su segunda fase en la que abarcará más etapas de los ensayos clínicos y más enfermedades. Esta iniciativa se está convirtiendo en uno de los principales apoyos al desarrollo de productos y al refuerzo de capacidades en los países con enfermedades endémicas.
La Comisión Europea ha ofrecido financiación por un importe de hasta 1 000 millones de euros del presupuesto de la UE con el fin de igualar las contribuciones de los países europeos participantes.
La asociación puede desempeñar un papel clave en la medida en que la financiación que aporta tiene un efecto catalítico para los ensayos clínicos en fase avanzada destinados a probar la seguridad y eficacia de medicamentos y vacunas innovadores.

Este tipo de ensayo de una intervención innovadora puede prolongarse hasta 15 años y costar entre 500 y 800 millones de euros por nuevo medicamento o vacuna candidatos.

No obstante, faltan todavía medicamentos eficaces y asequibles para numerosas enfermedades asociadas a la pobreza, y el coste socioeconómico de estas enfermedades limita el potencial de desarrollo, en particular en el África subsahariana.
Ambas partes están examinando actualmente las posibilidades de inversión en productos prometedores y enfoques científicos innovadores, en combinación con la aplicación de estrategias de inversión eficientes y de mecanismos de financiación flexibles.
Uno de los objetivos principales será el campo de la tuberculosis, en el que son necesarios nuevos medicamentos, vacunas y enfoques científicos para poner coto a la epidemia y luchar contra la aparición de cepas de microbios resistentes a los medicamentos.
Las enfermedades asociadas a la pobreza tienen efectos desastrosos sobre la salud, la sociedad y el crecimiento económico en numerosos países y afectan en particular a las poblaciones más pobres y marginadas del mundo.
Más de mil millones de personas, de las que 400 millones son niños, padecen alguna o varias de las tres grandes enfermedades relacionadas con la pobreza — VIH/SIDA, paludismo y tuberculosis — o de enfermedades infecciosas desatendidas tales como la úlcera de Buruli, el tracoma, la filariasis linfática y la enfermedad del sueño.
Por sí solo, el VIH/SIDA mata alrededor de dos millones de personas al año, mientras que en el mismo período el paludismo y la tuberculosis causan entre las dos cerca de 2,2 millones de víctimas.
La lucha contra las principales enfermedades asociadas a la pobreza está adquiriendo cada vez más la dimensión de un problema sanitario mundial.
El aumento de la movilidad mundial, tanto por el turismo como por las migraciones, significa que ningún país está a salvo del retorno o de la aparición de enfermedades infecciosas.
El calentamiento climático y la aparición de resistencias a los medicamentos están cambiando todavía más la prevalencia y distribución de estas enfermedades en todo el mundo.
Europa

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