Se agitan a millones de bacterias
Los hallazgos podrían ayudar en los esfuerzos por mejorar la calidad del aire bajo techo, afirman investigadores
Simplemente al entrar en una habitación, una persona puede añadir hasta 37 millones de bacterias al aire cada hora, según un estudio reciente.
La mayoría de estas bacterias aéreas son dejadas por ocupantes anteriores, y se mueven desde el suelo cuando otra persona entra, señalaron investigadores de la Universidad de Yale.
"Vivimos en una sopa microbiana, y nuestros propios microorganismos son ingredientes importantes", apuntó en un comunicado de prensa de la Yale el investigador principal Jordan Peccia, profesor asociado de ingeniería ambiental.
"La mayoría de personas simplemente vuelven a suspender lo que se había depositado antes. El polvo del piso resulta ser la fuente más importante de la bacterias que respiramos", explicó.
Peccia y colegas midieron y analizaron las partículas biológicas de una sola aula universitaria de la primera planta durante un periodo de ocho días, cuatro días cuando el aula se ocupaba periódicamente y cuatro días cuando siempre estuvo vacía. Las ventanas y puertas se mantuvieron cerradas los ocho días.
Cuando las personas estaban en el aula, había un aumento sustancial en las concentraciones aéreas de bacterias y hongos de varios tamaños. Alrededor del 18 por ciento de las bacterias frescas y anteriormente depositadas del aula provenían de las personas, en lugar de las plantas y otras fuentes.
Este tipo de investigación podría ayudar en los esfuerzos por desarrollar nuevas formas de mejorar la calidad del aire de interiores, apuntó Peccia, y añadió que los estadounidenses pasan más del 90 por ciento de su tiempo bajo techo.
"Todas esas enfermedades infecciosas que contraemos las contraemos bajo techo", apuntó.
El estudio fue publicado hace poco en línea antes de su publicación en una próxima edición impresa de la revista Indoor Air.
La mayoría de estas bacterias aéreas son dejadas por ocupantes anteriores, y se mueven desde el suelo cuando otra persona entra, señalaron investigadores de la Universidad de Yale.
"Vivimos en una sopa microbiana, y nuestros propios microorganismos son ingredientes importantes", apuntó en un comunicado de prensa de la Yale el investigador principal Jordan Peccia, profesor asociado de ingeniería ambiental.
"La mayoría de personas simplemente vuelven a suspender lo que se había depositado antes. El polvo del piso resulta ser la fuente más importante de la bacterias que respiramos", explicó.
Peccia y colegas midieron y analizaron las partículas biológicas de una sola aula universitaria de la primera planta durante un periodo de ocho días, cuatro días cuando el aula se ocupaba periódicamente y cuatro días cuando siempre estuvo vacía. Las ventanas y puertas se mantuvieron cerradas los ocho días.
Cuando las personas estaban en el aula, había un aumento sustancial en las concentraciones aéreas de bacterias y hongos de varios tamaños. Alrededor del 18 por ciento de las bacterias frescas y anteriormente depositadas del aula provenían de las personas, en lugar de las plantas y otras fuentes.
Este tipo de investigación podría ayudar en los esfuerzos por desarrollar nuevas formas de mejorar la calidad del aire de interiores, apuntó Peccia, y añadió que los estadounidenses pasan más del 90 por ciento de su tiempo bajo techo.
"Todas esas enfermedades infecciosas que contraemos las contraemos bajo techo", apuntó.
El estudio fue publicado hace poco en línea antes de su publicación en una próxima edición impresa de la revista Indoor Air.
Artículo por HealthDay, traducido por HispanicareFUENTE: Yale University,
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