Para evitar consecuencias graves y lograr superar cualquier padecimiento mental, es importante acudir oportunamente por atención médica para
restablecer sus actividades en el menor tiempo posible, mediante
tratamientos con fármacos y apoyo psicológico que coadyuvan en la
superación del problema.
La presencia de problemas psicológicos está latente en cualquier persona; por ello, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) recomienda crear vínculos afectivos con la familia, los amigos y la pareja, que es uno de los factores de protección para alcanzar bienestar y calidad de vida.
Las Unidades Deportivas, Centros Vacacionales y de Seguridad Social con los que cuenta el IMSS
son espacios recreativos para derechohabientes y, en algunos casos,
para la población en general, donde realizan diversas actividades como
deporte, aprendizaje de habilidades y conocimientos, que también son
acciones que previenen enfermedades mentales o disminuyen el riesgo de manifestarlas.
El jefe de Departamento Clínico del
Hospital Regional de Psiquiatría “Doctor Héctor Tovar Acosta”, Alejandro
Córdova Castañeda, explicó que la salud mental es el bienestar que
involucra las acciones de pensar, sentir y actuar, que garantizan a la
persona una calidad de vida satisfactoria y las tres afecciones
psicológicas más frecuentes son: los trastornos por consumo de sustancias, la ansiedad y la depresión.
El psiquiatra destacó que es común que un paciente depresivo
no busque atención, incluso puede tardar entre tres y siete años en
percatarse o aceptar su estado, por ello, es importante que familiares y
amigos cercanos a la persona detecten cambios de ánimo y lo motiven a
recibir tratamiento con profesionales.
El especialista consideró que la depresión es un problema de salud pública que se puede presentar en cualquier edad, no obstante, es entre los 25 y 50 años de edad cuando hay mayor riesgo de manifestar este mal, que tiene su origen en causas psicológicas, sociales o biológicas.
Córdova Castañeda dijo que existen
criterios que facilitan el diagnóstico de la depresión, entre ellos la
pérdida del interés en actividades, alteraciones del sueño,
principalmente insomnio, aumento o disminución de peso corporal por
variaciones en el apetito, inhibición de la respuesta sexual, apatía,
sentimientos de culpa, minusvalía, autodevaluación, autorreproche,
desesperanza y tendencias suicidas.
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