Los europeos con las variantes tienen más probabilidades de sufrir de osteoartritis
Científicos han identificado hasta ocho nuevas variantes genéticas que podrían aumentar el riesgo de osteoartritis, según una investigación reciente.
La osteoartritis, que afecta a 40 por ciento de las personas a partir de los 40 años de edad, es la forma más común de artritis. El estudio eleva el número total de genes de susceptibilidad identificados en europeos a once.
"La carga económica de salud de la osteoartritis aumenta de forma proporcionada con la prevalencia de la obesidad y la longevidad", aseguró el autor del estudio John Loughlin, de la Universidad de Newcastle, en Inglaterra.
"Nuestros hallazgos proveen cierto conocimiento sobre la genética de la artritis, e identifican nuevas vías que podrían ser susceptibles a intervenciones terapéuticas futuras", añadió en un comunicado de prensa de la revista The Lancet, que publicó el estudio en línea el 2 de julio.
La osteoartritis, que con frecuencia provoca dolor y rigidez, es una degeneración del cartílago de las articulaciones.
En el estudio, los investigadores compararon los genomas de más de 7,400 personas con osteoartritis grave de la cadera y la rodilla con más de 11,000 personas que no sufrían de la enfermedad.
Tras identificar los sitios más promisorios, los investigadores replicaron los hallazgos en 7,500 personas con osteoartritis y 43,000 personas de Islandia, Estonia, los Países Bajos y Reino Unido que no sufrían de la afección.
El estudio halló hasta ocho nuevas variantes genéticas relacionadas con la osteoartritis, que incluían a cinco que se asociaron significativamente con la enfermedad y tres que eran casi significativas.
Los próximos pasos incluyen determinar la función de los genes y la forma en que interactúan con otros genes, lo que podría en última instancia ayudar a desarrollar nuevos tratamientos, apuntaron los investigadores.
Eso podría resultar difícil, apuntaron en un comentario acompañante en la revista investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland.
"El desafío será conectar la biología de estos genes con el desarrollo y avance de la osteoartritis e investigar el potencial terapéutico de esas vías para la prevención y el tratamiento de la enfermedad", escribieron.
La osteoartritis, que afecta a 40 por ciento de las personas a partir de los 40 años de edad, es la forma más común de artritis. El estudio eleva el número total de genes de susceptibilidad identificados en europeos a once.
"La carga económica de salud de la osteoartritis aumenta de forma proporcionada con la prevalencia de la obesidad y la longevidad", aseguró el autor del estudio John Loughlin, de la Universidad de Newcastle, en Inglaterra.
"Nuestros hallazgos proveen cierto conocimiento sobre la genética de la artritis, e identifican nuevas vías que podrían ser susceptibles a intervenciones terapéuticas futuras", añadió en un comunicado de prensa de la revista The Lancet, que publicó el estudio en línea el 2 de julio.
La osteoartritis, que con frecuencia provoca dolor y rigidez, es una degeneración del cartílago de las articulaciones.
En el estudio, los investigadores compararon los genomas de más de 7,400 personas con osteoartritis grave de la cadera y la rodilla con más de 11,000 personas que no sufrían de la enfermedad.
Tras identificar los sitios más promisorios, los investigadores replicaron los hallazgos en 7,500 personas con osteoartritis y 43,000 personas de Islandia, Estonia, los Países Bajos y Reino Unido que no sufrían de la afección.
El estudio halló hasta ocho nuevas variantes genéticas relacionadas con la osteoartritis, que incluían a cinco que se asociaron significativamente con la enfermedad y tres que eran casi significativas.
Los próximos pasos incluyen determinar la función de los genes y la forma en que interactúan con otros genes, lo que podría en última instancia ayudar a desarrollar nuevos tratamientos, apuntaron los investigadores.
Eso podría resultar difícil, apuntaron en un comentario acompañante en la revista investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland.
"El desafío será conectar la biología de estos genes con el desarrollo y avance de la osteoartritis e investigar el potencial terapéutico de esas vías para la prevención y el tratamiento de la enfermedad", escribieron.
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