Los factores que relacionan el medio ambiente con los alimentos y su seguridad son numerosos
La contaminación ambiental
supone un riesgo para la seguridad de los alimentos, un problema en
aumento que precisa actuaciones consecuentes. El medio ambiente
representa un factor determinante en la alimentación, influye en la
selección de alimentos, determina los que están disponibles en cada
región geográfica, condiciona los hábitos alimentarios, afecta a la
composición nutricional y puede suponer una importante fuente de contaminación. En este artículo se detalla cómo influye el medio ambiente en la calidad de los alimentos y cuáles son las principales amenazas.
Calidad y cantidad de contaminantes
El tipo de suelos, la altitud, la latitud
y el clima determinan las diferentes
En cierta manera, el medio ambiente "decide" el tipo de alimentos que se consumen, ya que influye tanto en la calidad como en la cantidad de estos. La climatología es un factor determinante, no solo por los productos que se cultivan en cada zona, sino también por las técnicas de procesado o conservación que se aplican. Los factores ambientales definen en gran parte estos aspectos. El tipo de suelos, la altitud, la latitud y el clima son fundamentales para el crecimiento de cada cultivo y determinan las diferentes variedades de alimentos que se recolectarán.variedades de alimentos que crecerán
Este hecho implica también el desarrollo de la calidad y cantidad de producción animal, ya que representa una fuente de alimento para el ganado, que repercutirá en la calidad final de los alimentos. Sin embargo, este hecho queda bastante paliado dada la facilidad de intercambio entre los diferentes países o regiones de un mismo país, de ahí que el consumidor tenga a su disposición un amplio abanico de posibilidades viva donde viva.
El medio ambiente como fuente de contaminación
La presencia de bacterias es la principal fuente de contaminación en los alimentos procedentes del medio ambiente, más allá de los metales pesados u otras sustancias químicas. Salmonella, E. coli, Yersinia, Listeria o Campylobacter son los más frecuentes y de creciente importancia, ya que cada vez más presentan una mayor resistencia. Con el fin de evitar estos patógenos, se favorece el crecimiento de otros emergentes, más resistentes a los controles habituales de crecimiento bacteriano. En cuanto a la presencia de sustancias químicas, destacan los metales pesados, los elementos más importantes que, en la mayoría de los casos, tienen su origen en la actividad industrial.-
Mercurio. La principal fuente de contaminación son las industrias químicas, ya que desechan una gran cantidad de este metal que se procesa en la naturaleza y acaba por ser acumulable. El pescado y productos pesqueros son la principal fuente de este metal.
Plomo. El plomo es un metal hasta ahora presente en herramientas como las tuberías, con lo que favorecía su acumulación en el agua de consumo. Hoy en día se han eliminado este tipo de tuberías o se han sustituido los cierres de plomo de las latas, lo que ha reducido de forma notable su acción. No obstante, este metal está presente como consecuencia del uso de gasolina y, si bien hoy en día, gracias al uso de gasolina sin plomo, el problema es mucho menor, se ha certificado que la cantidad de plomo en los cultivos de vegetales situados en las zonas más lejanas a autopistas y carreteras muy transitadas es menor.
Cadmio. Es de procedencia industrial, presente en pilas, plásticos, en las minas o en colorantes industriales. Según los especialistas, la ingesta de este metal se aproxima a la tolerada según la Organización Mundial de la Salud (OMS). El cadmio puede pasar del suelo a los vegetales de forma rápida, lo que favorece su detección en los alimentos.
PLAGUICIDAS
Los plaguicidas
suponen un factor muy importante en la contaminación ambiental. Su
aplicación no es directa a los alimentos, pero su uso en los cultivos
fomenta su acción. Los alimentos más castigados por el uso de estas
sustancias tan tóxicas son los vegetales, frutas y hortalizas, la leche,
los derivados lácteos, los aceites y los productos de origen animal,
como la carne y los huevos. Aunque estos químicos están controlados por
ley y su uso es en principio restringido, son habituales los restos en
los alimentos que llegan al consumidor.
Via: Consumer.es
Via: Consumer.es
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