Las prácticas dañinas contra la dignidad y
la salud de mujeres y niñas, como la mutilación genital y el matrimonio
forzado, deben ser prevenidas y eliminadas, afirmaron dos comités de
derechos humanos de Naciones Unidas.
A tales efectos, emitieron un grupo de recomendaciones para que los Estados eviten esos actos que también incluyen pruebas de virginidad, prácticas de la viudez, infanticidios y modificaciones corporales que incluyen el engorde, el alargamiento del cuello y el planchado de los senos.
El Comité contra la Discriminación de la Mujer y el de los Derechos del Niño, afirmaron que con frecuencia, esas acciones son justificadas mediante la invocación de costumbres religiosas y sociales profundamente arraigadas en actitudes que perciben a las mujeres y niñas como seres inferiores a sus pares masculinos.
Los órganos llamaron a analizar esos actos desde una perspectiva de derechos humanos y afirmaron que los niños deben ser protegidos de ejercicios que no tienen que ver nada con beneficios de salud o médicos y que tienen efectos a largo plazo sobre su bienestar físico o mental.
Las recomendaciones instan a los Estados a cumplir con la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer y la Convención sobre los Derechos del Niño, y llaman a la aplicación de un enfoque basado en legislaciones, voluntad política y rendición de cuentas, que permita la eliminación de esos flagelos.
A tales efectos, emitieron un grupo de recomendaciones para que los Estados eviten esos actos que también incluyen pruebas de virginidad, prácticas de la viudez, infanticidios y modificaciones corporales que incluyen el engorde, el alargamiento del cuello y el planchado de los senos.
El Comité contra la Discriminación de la Mujer y el de los Derechos del Niño, afirmaron que con frecuencia, esas acciones son justificadas mediante la invocación de costumbres religiosas y sociales profundamente arraigadas en actitudes que perciben a las mujeres y niñas como seres inferiores a sus pares masculinos.
Los órganos llamaron a analizar esos actos desde una perspectiva de derechos humanos y afirmaron que los niños deben ser protegidos de ejercicios que no tienen que ver nada con beneficios de salud o médicos y que tienen efectos a largo plazo sobre su bienestar físico o mental.
Las recomendaciones instan a los Estados a cumplir con la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer y la Convención sobre los Derechos del Niño, y llaman a la aplicación de un enfoque basado en legislaciones, voluntad política y rendición de cuentas, que permita la eliminación de esos flagelos.
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