Tiene evidentes beneficios culturales y sociales, y también algún insignificante coste como, por ejemplo, no manejar a la perfección una de las dos lenguas, pero las personas bilingües desarrollan algo más que varias herramientas de comunicación oral: una efectiva gimnasia para el cerebro que les ayuda en el control ejecutivo, en la toma de decisiones
Las personas bilingües utilizan, para controlar sus dos lenguas, los mismos recursos cerebrales y cognitivos que están implicados en el control atencional.
El
control atencional es un grupo de procesos que se encargan de mantener un objetivo en nuestra mente, focalizar nuestro sistema en dicho objetivo y a la vez ignorar información irrelevante que pueda ser conflictiva con ese objetivo.
Cuanto más se practiquen las dos lenguas más se contribuye al desarrollo de actividades de control ejecutivo y de control atencional. No sólo no existe patología alguna asociada al bilingüismo sino que además del beneficio cultural existe alguna ventaja funcional del individuo bilingüe sobre el monolingüe.
“Conducir puede ser un buen ejemplo. El control de dos lenguas implica esos mismos procesos de control ejecutivo. Bajo esta hipótesis, podríamos decir que los bilingües tendrían mayor eficacia que los monolingües en ese control atencional”, afirma
Albert Costa, psicólogo y profesor investigador ICREA del Departamento de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones de la Universitat Pompeu Fabra.
Cerebro y edad
La resonancia magnética muestra los circuitos cerebrales que se encargan de realizar determinadas tareas.
“Algunos estudios apuntan que podría ser que el hecho de hablar dos lenguas creara diferentes circuitos cerebrales a la hora de solventar problemas de control atencional generales, que no implican al lenguaje. La otra posibilidad es que haya efectos estructurales en el cerebro, es decir que el tipo de densidad de las neuronas sea diferente debido al bilingüismo”, señala Costa.
El lenguaje abarca un gran número de aspectos: sonidos, palabras, sintaxis… Los periodos críticos para el dominio del lenguaje en cada uno de estos aspectos son diferentes.
“Para los sonidos, cuanto antes, antes de los dos años. Es muy importante para tener un buen acento pero para el vocabulario tenemos toda la vida. Pasa con nuestra propia lengua. Para la gramática no está claro”, indica este experto.
¿Qué es más sencillo ser bilingüe español-catalán, español-inglés, catalán-chino? En principio parecería ser más sencillo ser bilingüe español – catalán que español – inglés.
“Una cosa es aprender vocabulario y otra aprender cómo se habla una lengua. Hay palabras muy similares pero a veces esa similitud puede crear más interferencias entre las dos lenguas a nivel de vocabulario. En cuanto a fonología cuanto más parecidas sean las lenguas, mejor, para que suenes como un nativo”, opina Costa.
Las lenguas asiáticas son tonales, es decir, utilizan tonos para diferenciar palabras de la misma manera que nosotros usamos el acento.
“Para nosotros es muy difícil de aprender. El español que quiere aprender chino va a tener más dificultad porque tiene que aprender un repertorio de sonidos distintos con normas muy diferentes. Para ello siempre es mejor aprender una lengua entre los 0 y los 3 años que después”, afirma el psicólogo.
Una regla fundamental para aprender una 2º lengua es
aprender a controlar esa lengua.
“Una persona que estudie inglés durante años puede entender un libro o incluso una película pero si tiene que entablar una conversación, las palabras no le vienen a la boca.
Es necesario saber focalizar la atención en esa lengua y que no me interfiera la otra lengua”, explica.
Cuatro meses y medio
Los bebés, al poco tiempo de nacer, ya pueden distinguir muchas lenguas. “Por el hecho de ser mamíferos nuestro sistema auditivo nos permite notar que escuchamos lenguas distintas”. Así lo afirma
Nuria Cornellá, catedrática en Psicología en la Universidad Pompéu Fabra y miembro del Comité Científico del Consejo Europeo de Investigación (ERC).
“Tanto los bebés monolingües y los bilingües, a los cuatro meses y medio de vida, son capaces de discriminar lenguas tan parecidas como el holandés y el inglés, que se parecen un montón, o el español y el catalán que también tienen mucha similitud”, expone Cornellá.
Es en ese momento de desarrollo del bebé cuando son capaces de realizar esas distinciones pero sin embargo algunos sonidos les pueden llevar a equívoco.
“Con esa edad, cuatro meses y medio, los bebés notan que el catalán y el español suenan distintos pero sin embargo, el español y el italiano les parece lo mismo. La hipótesis es que esta situación se produce por las vocales”.
“El catalán tiene un fenómeno:
la reducción vocálica. En una sílaba no acentuada ocurren ciertas vocales y en una sílaba acentuada otras; esto hace que suene de una manera concreta y el español y el italiano no tiene esta característica por lo que la distribución de las vocales se parece más en español e italiano. Eso, creemos que es lo que permite a los bebes notar las diferencias”, dice esta psicóloga.
Gimnasia cerebral: bilingüismo y videojuegos
Si hablamos de jóvenes o adultos, el método social es el mejor para aprender una segunda lengua. Un método que sea percibido como útil.
EFE/DISNEY/PIXAR
“Lo mejor, es buscarse una novia o un novio. Una forma de socializarnos. Si hablamos de niños, la mejor manera sería que no hubiera oportunidad de que pudieran ver dibujos animados en castellano y cada vez que hubiera dibujos los vieran en inglés”, asegura Albert Costa.
“Mucha gente cuya primera lengua es el catalán, y hablan todo el día en catalán, cuando van al cine prefieren ver la película en castellano. Afirman que se encuentran mejor así y es porque ven todas las películas de la tele en castellano. Si podemos conseguir eso con el inglés… es un hábito”, dice este experto.
Al igual que el bilingüismo, jugar mucho a los videojuegos, ayuda a desarrollar ciertas capacidades de control atencional.
“Desarrolla una capacidad de atención visual y de capacidad de distribución de tu atención en una escena visual con diferentes focos. La gracia del bilingüismo a este respecto es que es una actividad que utilizamos muy a menudo. Me ayuda también jugar al squash pero lo hago dos veces por semana. El lenguaje lo utilizo constantemente”.
Existen algunos estudios que relacionan el bilingüismo con el retraso de los síntomas de pacientes con alzhéimer.
“Debemos mirarlos con lupa pero la idea es que el continuo entrenamiento que conlleva el bilingüismo ayuda a desarrollar la reserva cognitiva. La actividad ayuda a mantener el sistema cognitivo activo y cuando llega la enfermedad pueden aparecer los síntomas más tarde debido a esta causa”, afirma Costa.